El gran desafío que tenemos los psicólogos infantiles durante 2020, 2021 y 2022, tiene relación con apoyar a través de distintos medios, con creatividad e innovación, el cambio y trabajo sobre aquellas dificultades y sufrimientos que tendrán muchas familias, niños y niñas, como consecuencia de los efectos de pandemia por Covid-19. En muchos casos esto estará relacionado con el aislamiento, tensión familiar, así como problemas emocionales derivados del hecho que niños y niñas no estén viviendo en un contexto que propicie un buen desarrollo socioemocional. Así mismo, he visto como muchas dificultades de la población infanto juvenil han sido dejadas de lado. Han sido minimizadas e invisibilizadas, porque los niños están menos tiempo en espacios sociales o escolares donde se originaban. Esto disminuye la posibilidad de entregar y co-construir herramientas de crecimiento y cambio junto a la familia, afectando y dejando una huella que puede profundizarse a niveles preocupantes.